Celaya, Gto.- “Un Oasis de Sostenibilidad y Esperanza”, así es como se describe en pocas palabras el Rancho Pura Vida, un lugar que hace 10 años nació con la visión de restablecer el equilibrio con la naturaleza, eliminando el sobreconsumo desmedido que hemos adoptado como sociedad, la sobreexplotación de los recursos y promoviendo la permacultura, que no es otra cosa más que una filosofía de vida sostenible.
A 10 años de haber comenzado este proyecto, en manos y creatividad de Kurt Nicholson, un estadounidense avecinado y arraigado en Celaya desde 1977, son muchas las vidas que ha tocado y que ha transformado para generar conciencia sobre el daño que a lo largo del tiempo hemos generado a nuestro propio entorno con la sobre explotación de recursos y el consumo desmedido que genera un desequilibrio ambiental, climas extremos, tierras estériles para la agricultura, entre otros fenómenos dañinos para la humanidad.
Localizado en la comunidad de San Isidro Elguera, en los límites entre Celaya y Juventino Rosas, Rancho Pura Vida hoy en día es en realidad un oasis, un paraíso terrenal donde han logrado un alto porcentaje de sostenibilidad, generando sus propios recursos, levantado sus construcciones con materiales reciclados y que la naturaleza provee, produciendo sus servicios como electricidad, cosecha de agua, cultivos, y más.
El proyecto ha crecido tanto que además de la promoción de la permacultura, ha contribuido al restablecimiento del tejido social, con el apoyo de personas que comparten la visión de Kurt, pues se han generado espacios para la integración de las mujeres rurales en proyectos productivos, la creación de talleres de oficios para jóvenes de las comunidades y colonias… y más proyectos por venir.
Rancho Pura Vida ha llamado la atención de muchas organizaciones locales, nacionales e internacionales, de las autoridades municipales y estatales que lo han visitado en diversas ocasiones, pues se trata de un modelo que, al comprender su esencia y misión se puede replicar, casi en cualquier parte.
La historia de Kurt
En una relajada charla con Kurt Nicholson platica que nació en un pequeño poblado de Washington, llamado Walla Walla, cuyo nombre significa “lugar de mucha agua” en la lengua nativa de aquella región de Estados Unidos.
En 1977, a la edad de 14 años, llegó a México acompañando a su papá que fue contratado por grandes empresas mexicanas, entre ellas Birds Eye de México, asentada en Santa Cruz de Juventino Rosas, donde Kurt también laboró después de concluir sus estudios, ayudando a introducir los cultivos masivos de brócoli y coliflor entre los productores agrícolas de la región.
En el desarrollo de su trabajo, Kurt comenzó a sentirse incómodo por la forma en cómo utilizamos los recursos; empezó a hacer conciencia que muchos de los procesos y los estilos de vida que estamos adoptando, además de la aparición y excesivo uso de plástico, contribuyen al deterioro de nuestro hábitat.
“Hace 20 años empecé a ver algo diferente y a buscar la forma de poner mi granito de arena porque hemos perdido la esencia de la naturaleza y no vivimos en equilibrio; somos consumidores y queremos más. Después vino el plástico a cambiar nuestra vida para siempre”, platicó Kurt.
Hace 10 años encontró el espacio ideal para poner manos a la obra con su proyecto: una amplia superficie de tierras sobreexplotadas, prácticamente abandonadas, “donde no había vegetación y ni una hormiga quería vivir ahí”.
Ahí llegó Kurt solo, a acampar, a construir desde cero su proyecto, su sueño llamado “Pura Vida”.
Rancho Pura Vida
Hasta el lugar donde se ubica el Rancho Pura Vida no han llegado los servicios, pero eso no es impedimento para que en estos 10 años Kurt, su familia y personas que se han integrado como un equipo de voluntarios que comparten la misma visión, hayan logrado construir un rancho muy confortable con una casa bien firme, una cocina amplia, estancia, habitaciones, baños secos, todo ello utilizando materiales reciclados y que provee la naturaleza como llantas, barro, bambú, botellas de vidrio, contendores en desuso, entre otros objetos.
También han levantado invernaderos y huertos para producir sus propios alimentos, criaderos de gallinas y cerdos e incluso tienen su propio estanque donde ya se ha alojado una familia de patos que conviven con todos los perritos que han adoptado o que han llegado por sus medios al rancho Pura Vida.
En cuanto a los servicios, crearon un sistema de captación y filtración de agua, cuentan con paneles solares para producir la energía eléctrica que ocupan, baños secos y fosas sépticas con sistemas que inhiben los malos olores.
Un taller de cerámica y un taller de oficios son de las últimas edificaciones que se han levantado en el rancho, además de un depósito de residuos orgánicos donde están elaborando composta para nutrir la tierra de cultivo, propia y para otros agricultores que se están acercando a conocer el lugar.
La visión de Kurt y sus colaboradores va mucho más allá de lo que ahora han logrado y aún tienen varios proyectos en puerta.
Su contribución al restablecimiento del tejido social
Rancho Pura Vida, además de ser un modelo de sustentabilidad y armonía con la naturaleza, se ha convertido en un espacio para la implementación de proyectos que contribuyen a la recomposición del entorno social que en los últimos años se ha degradado y ha propiciado fenómenos alarmantes como la violencia y la delincuencia.
Algunos de estos proyectos son “Mujeres de la Tierra”, un taller que se ha implementado para que las mujeres de las comunidades aprendan a elaborar utensilios de cerámica y los puedan comercializar para obtener recursos económicos.
Otro de ellos es la escuela de oficios “Jóvenes Pura Vida”, que brinda los conocimientos y herramientas a chicos y chicas de colonias y comunidades que por alguna razón han abandonado los estudios o el trabajo, para que aprendan carpintería, soldadura, mecánica, energías renovables. Al finalizar su preparación, tienen la oportunidad de emprender algún negocio o integrarse a la vida laboral.
Estos son solo algunos de los avances en 10 años de Rancho Pura Vida, 10 años de muchos más que seguramente nos seguirán demostrando que, como afirma Kurt “… son muy sencillas las acciones que podemos hacer para vivir en balance con la naturaleza”.