Celaya, Gto.- En cada situación complicada de la sociedad siempre surge un audaz emprendedor que sabe sacar provecho a las dificultades.
Este es el caso de Juan González Martínez, un adolescente, casi niño, que al conocer la contingencia por la escasez de gasolina no dudó en tomar su carrito y salir a toda prisa a la estación de servicio donde se encontraban largas filas de autos esperando su turno.
La pequeña gran diferencia es que el carrito de Juan no requiere gasolina para funcionar y no necesita formarse para cumplir su misión: vender sus paletas.
Este pequeño, que durante la semana trabaja en una paletería, el pasado fin fue a cobrar su sueldo, pero al saber que cerca de ahí se encontraban las filas de automovilistas esperando ser despachados en una gasolinera del eje Juan Pablo II, le pidió prestado el carrito paletero a su patrón, y que lo surtiera con paletas y nieves.
“Fui a cobrar y le pedí que me prestaran el carrito”, dijo en entrevista el chico de escasos 13 años de edad.
En un par de vueltas que le dio a la larga fila, y transcurrida hora y media, Juan terminó las paletas que llevaba, así que regresó para volverse a abastecer y corrió con la misma suerte.
Este pequeño, con madera de emprendedor, en menos de cuatro horas vendió el doble de lo que regularmente vende en toda una jornada, o más, dejando una gran lección de ingenio y tenacidad.