Celaya, Gto.- Todo el colorido, el misticismo y la tradición del Paseo de Las Luminarias reunió a más de 80 mil personas la tarde y noche de ayer en las inmediaciones del Panteón Norte, donde se dieron cita alrededor de tres mil personas caracterizadas de catrinas, calaveras vivientes y personajes históricos.
En punto de las 6:00 de la tarde comenzó el andar de los participantes que recorrieron las calles de los barrios de Tierras Negras, Santiaguito y San Antonio hasta llegar al Panteón Municipal Norte, donde el evento cerró con la participación del grupo de música prehispánica “Tribu”.
Durante el trayecto miles de personas fueron espectadores del paso de los hombres, mujeres y hasta niños que caminaban caracterizados de diferentes personajes, desde las tradicionales calaveritas, hasta elegantes catrinas, diablitos y dioses prehispánicos.
Para finalizar, los participantes y espectadores se dieron cita en el exterior del Panteón Norte, donde se presentó el grupo Tribu.
El recuento de Protección Civil habla de 80 mil espectadores y 3 mil participantes en el evento que cada año cobra más fuerza como una de las principales tradiciones de Celaya.
El Paseo de las Luminarias es una práctica que se celebra el segundo domingo después del Día de Muertos, en una conmemoración que tiene como principal objetivo guiar el retorno de las ánimas a su lugar de descanso.
Surgió con la inauguración del Panteón Municipal Norte, que para aquel tiempo estaba en la periferia de la ciudad entre lo que actualmente son los márgenes del barrio de San Antonio, Santiaguito y Tierras Negras.
Por lo anterior, según dicta la tradición, se estableció que los cuerpos que habían ocupado durante años los camposantos debían ser trasladados a su nuevo lugar de reposo y para cumplir el objetivo se pidió la colaboración de la población. De acuerdo a la memoria de algunas familias habitantes de los barrios citados, se dice que fueron los frailes franciscanos quienes pidieron que cada una de las familias ayudara con el traslado de “sus muertos”, y en procesión, con cantos y rezos, acompañaron a las osamentas hasta el nuevo Panteón Municipal.
Al caer la noche, los habitantes de las calles circundantes al cementerio se ofrecieron a encender “lumbradas” para iluminar el camino. Finalmente, a través de la unión de los barrios pudo completarse el traslado e inaugurarse el Panteón Municipal Norte de la ciudad.
Desde aquel momento la festividad comenzó a ser difundida por los habitantes cercanos al cementerio, quienes continuaron encendiendo una lumbrada en las puertas de sus casas para recordar el acontecimiento.
Incluso, había quienes creían que era hasta este día cuando las ánimas regresaban al cementerio después de visitar a sus familiares en sus antiguos hogares, donde ansiosos, les esperaban para reunirse nuevamente.
Las luminarias, debían mantenerse encendidas al menos hasta la medianoche, cuando se celebra la misa de ánimas, pues se creía que, si llegaban a apagarse antes de que el alma del difunto regresara a su tumba, podían quedar extraviados vagando sin rumbo.
Esta tradición permaneció por años, pero después comenzó a olvidarse pues personas que llegaban de otros lugares daban mayor relevancia a la celebración de Día de Muertos.
No obstante en el año 1999 la entonces Coordinación Municipal de Cultura y la Casa de la Cultura unieron esfuerzos y crearon el Paseo por las Luminarias. Años más tarde, en el 2009, el Sistema Municipal de Arte y Cultura de Celaya, ahora Instituto de Arte y Cultura, dio inicio al Concurso de Calaveras Vivientes, el cual ha permanecido hasta la actualidad.