Celaya, Gto.- Con un tibor (recipiente) de cerámica al que nombró “La noche colorida”, Annete Hernández Romero estudiante de la Licenciatura en Administración de la Universidad de Guanajuato, campus Celaya-Salvatierra, obtuvo el primer lugar en el XXIII Concurso Estatal por el premio a la Creatividad Artesanal, en la categoría de alfarería y cerámica “Artesano-productor y/o colaboraciones artesano-diseñador”.
En esta pieza única, Annete Hernández plasmó los pasajes de la versión japonesa de la leyenda “El conejo en la luna”, que los asiáticos cuentan a los niños para inculcarles el espíritu de compromiso y entrega.
“Cuenta la leyenda que, cansado y hambriento, un viejo peregrino se encontró en el camino a un zorro, un mono y un conejo, a quienes pidió un poco de alimento; el mono recogió de los árboles frutas y el zorro aves que entregaron al peregrino para alimentarse, pero el conejo, al no conseguir nada recogió ramas y hojas secas con las que hizo una fogata y saltó dentro ofreciéndose como alimento para el viejo peregrino. El anciano al ver tal sacrificio reveló a los animales su identidad, él era en realidad una deidad de gran poder que estaba poniéndolos a prueba. Recogió los restos del conejo y los enterró en la luna como homenaje por su solidaridad. Ahora cada noche de luna llena puedes ver la figura del conejo en el cielo”.
En el tibor, Annete recoge este relato y logra plasmarlo logrando una pieza de 50 centímetros de singular belleza. Antes de estar lista para el concurso, la arcilla y el caolín fueron moldeados con esmero y horneados a 1240ºC durante más de cinco horas, luego se pintó a mano y con meticulosidad se trazaron las partes esenciales del relato, en un proceso que en su totalidad se llevó tres meses.
Estos elementos fueron considerados por los jueces al otorgarle el primer lugar en este concurso que organiza la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable en coordinación con el Consejo Estatal de Fomento Artesanal. Al entregar el premio, Mauricio Usabiaga Díaz Barriga, ofreció el apoyo de la Secretaría que dirige para ampliar las formas de comercialización de sus productos.
Annete Hernández tiene 19 años, es originaria de Tarandacuao, Guanajuato, estudia el tercer semestre de Administración en el Campus Celaya-Salvatierra de la UG.
En entrevista, detalló que trabaja la cerámica desde que tenía 4 años, pues proviene de una familia de alfareros, donde el artesano principal, su padre, le enseñó el oficio que ella espera poder trasmitir a las siguientes generaciones, con las ventajas agregadas de pronto ser una profesionista y contar con conocimientos que la facultarán para administrar el negocio familiar.
Así como la leyenda ha pasado de generación en generación a través de la narrativa que recogen los libros, los maestros y las familias, Annete busca trasmitir este arte a futuras generaciones. Por lo pronto esta pieza ganadora se exhibe en el Museo de la Ciudad de León.