Celaya, Gto.- Como una ofrenda, una manda o el simple gusto de ser partícipe de una de las más grandes tradiciones del municipio, se reunieron más de mil 400 participantes y cerca de 30 mil espectadores en la Procesión del Silencio que se realizó el pasado viernes en Celaya.
Esta procesión, que se enmarca en las actividades de Semana Santa, evoca el momento en que la Virgen regresa del Monte Carmelo, después de ser testigo de la aprehensión y crucifixión de su hijo Jesús.
A pesar de tratarse de un evento de origen religioso, se ha convertido en una atracción turística para los habitantes de la región, de otros estados y de los propios celayenses.
La procesión recorre las principales calles del centro de la ciudad, en este año con la participación de 17 cofradías que representan diferentes pasajes de la pasión y muerte de Jesús.
Partiendo del Templo del Carmen, a su paso los participantes mantienen su andar despacio, en completo silencio, muchos de ellos con vistosas túnicas y capuchas, mientras que los penitentes cargan además pesadas cruces y caminan con los pies descalzos, y encadenados, a modo de sacrificio o como un acción de arrepentimiento.
En su andar por las diferentes calles del primer cuadro de la ciudad, miles de personas observan este recorrido de casi dos horas que se acompaña del sonar de los tambores, instrumentos de viento y de las imágenes religiosas que algunos de los participantes llevan a cuestas.
Fue así como se llevó a cabo la edición número 56 de la Procesión del Silencio de Celaya, la más grande del estado y la segunda en importancia a nivel nacional, después de la de San Luis Potosí.
Antes de cerrar esta nota, escuchemos las entrevistas con algunos de los participantes en esta Procesión del Silencio, quienes nos hablan acerca de su motivación.